Hay personas que sabiendo mi atracción por los tatuajes se sorprenden y me preguntan por qué no me hago ninguno. Es difícil hacer entender el porqué.
Me gustan los tatuajes, los amo y los admiro, estaría a menudo aguja en mano tatuándome cosas pero cuando me veo al espejo pienso que no me queda espacio para ellos.
Estoy llena de tatuajes externos e internos, invisibles a los demás, algunos son de color, sobretodo azul marino, los tengo encima de la piel y otros están tan adentro que los puedo sentir dentro de algún que otro órgano de mi cuerpo. Mis tatuajes son hechos por mí misma, no utilizo tinta y aguja porque ocupan más espacio y quedarían sobreescritos encima de mis tatuajes internos. Así que, como soy muy de hacer las cosas a mí manera me prometí a mí misma que en vez de coger la aguja y acometerme atrocidades, escribiría en mi diario de delirios todo lo que se me pasara por la cabeza.