Hace tiempo descubriste mi segunda vida. Jamás me dijiste nada. Con el tiempo descubrí que lo sabías y así empezamos el juego absurdo.
Entramos en una espiral, rara, de silencio cómplice, como si ninguno de l@s dos nos quisiéramos incomodar. Yo sé que no me dices nada porque es un tema delicado, tampoco te he dado tanta confianza, soy una persona de distancias y casi nunca hablo de mí. Sé que no te lo he puesto fácil, hasta hace un tiempo, ya ves que no me escondo.
Sé que me apoyas, porque aún sabiéndolo sé que puedo contar con tu apoyo, no me has rechazado ni te has distanciado de mí. Ahora que las cosas han cambiado, que sigues mis pasos desde la distancia, te invito a que te acerques sin miedo. No estamos en igualdad de condiciones, posiblemente ahora tu sepas más de mí que yo de ti.
Reiniciemos un nuevo juego y volvámonos a conocer.
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